“Hoy estamos sentados aquí,
en vísperas de Navidad,
nosotros, gente miserable,
en una pequeña habitación fría,
mientras el viento arrecia afuera.
Ven, buen Señor Jesús, a nosotros,
dirígenos tu mirada:
porque realmente te necesitamos…”
Quizás te sorprenda escuchar el nombre del autor de estos versos: Bertold Brecht. A mí me sorprende su extrema actualidad. Incluso en esta Navidad, envuelta en luces de neón a menudo estridentes, en gestos tradicionales a veces superficiales o envueltos en sentimentalismo, hay un marginado en cada calle, hay una persona sola en una “fría habitación”, hay quienes no pueden compartir ninguna esperanza… Brecht nos recuerda que Cristo es necesario para los pobres, en primer lugar, para aquellos que en estos días tal vez sólo ven abiertas las puertas de las iglesias para recibir ayuda y consuelo… Pero sobre todo es necesario para aquellos que sienten la necesidad de amor, de infinito, de esperanza. Esa Esperanza que el mundo de hoy ha perdido o, peor aún, ha visto pisoteada. Devolvámosla a la vida: en nosotros, a nuestro alrededor, dondequiera que vayamos…
Es el significado que quiero darle a esta Navidad y es el deseo que quiero transmitiros desde el fondo de mi corazón.
Anna Conte