Mi artículo en Mujeremprendedora 234, marzo 2021
Estoy leyendo un libro que habla de “cómo trabajaremos en un mañana”, de su contenido me gustaría que reflexionáramos juntos; la autora, Silvia Zanella, experta en el tema, ha trabajado en Italia y en otros países para las mayores empresas de RRHH y consultoría, combinando comunicación, digital y RRHH; también es ponente, escritora, periodista y formadora. Compré el libro porque me sedujo el título: Il futuro del lavoro è femmina; en español creo que la única traducción posible es El futuro del trabajo es en femenino. Silvia Zanella despeja inmediatamente el campo de posibles malentendidos: el suyo no es un libro sobre ‘mujeres y trabajo’, ni quiere proponer una interpretación feminista, ni quiere hablar de igualdad y discriminación. El suyo es un libro sobre «cómo trabajaremos en el mañana», y el argumento concierne a todos, hombres y mujeres, jóvenes, personas a punto de jubilarse, personas que buscan su primer empleo, empleados, directivos, emprendedores…
Entonces, ¿qué significa que «el futuro del trabajo es en femenino«?
Incluso antes de la pandemia asistíamos a una metamorfosis trascendental en el mundo del trabajo: la tecnología ha inutilizado determinadas tareas, algunas profesiones se han transformado radicalmente y otras aún no han nacido. Y hoy en día, probablemente aún no hemos terminado de cuantificar el impacto de la pandemia de COVID-19 en el mercado laboral mundial.
Sin embargo, hay una cosa en la que coinciden todos los expertos: las habilidades que se utilizarán para afrontar el futuro del trabajo son las soft skills, o human skills, es decir, todas aquellas actitudes que son estrictamente humanas y por lo tanto difíciles de replicar por parte de las máquinas. Son la capacidad de resolver problemas, de tratar con muchos interlocutores diferentes a la vez, de trabajar en grupo…
Desde hace un tiempo las empresas vienen solicitando nuevas habilidades de este tipo, también porque, a diferencia del pasado, la gestión empresarial necesita más habilidades emocionales y habilidades relacionales, necesita de empatía y confianza, colaboración y sentido crítico, mayor proximidad a las necesidades de clientes y compañeros. Todas estas son características que la literatura gerencial reconoce en el trabajo y el liderazgo femenino. Por tanto, el futuro del trabajo es en femenino porque las competencias profesionales requeridas serán más marcadamente femeninas.
Silvia Zanella, pero, va más allá de las competencias, cuando enfatiza que son las mismas formas de trabajar y gestionar las organizaciones las que están cambiando radicalmente; los tiempos y espacios de trabajo son cada vez menos fijos y definidos (pensamos en el smart working, coworking, movilidad internacional…). También cambiará nuestra idea de hacer carrera: un camino más largo y menos constante, en el que tendremos que ser capaces de afrontar cambios radicales, así como alternar entre momentos operativos y momentos de formación. Cambiará la forma en que buscaremos oportunidades profesionales, sobre todo madurando una conciencia más profunda sobre el tipo de valor que podemos ofrecer.
Para afrontar estas transformaciones será necesario ser acogedores, flexibles, amables, transparentes, abiertos, inclusivos; y también saber cooperar, compartir, escuchar e imaginar, cultivar relaciones y cuidar a la vez de nosotros mismos y de los demás. Se trata de formas de trabajo y estilos de gestión que universalmente se consideran más femeninas que masculinas, pero -y Silvia Zanella lo reitera varias veces- de ninguna manera adscritas a un género y excluidas de otro.
Repensar, por tanto, la forma de trabajar es más necesario y urgente que nunca: no se trata de entender quién ganará la batalla entre hombre y máquina, sino de cómo cambiarán la gestión del tiempo y del espacio de trabajo, las relaciones y nuestra identidad, la forma de buscar y vivir un trabajo. Tener un enfoque «femenino» nos ayudará a cabalgar – ¡y no a sufrir! – las transformaciones que nos esperan para llegar a un futuro mejor para todos, hombres y mujeres por igual.
