La opinión de...

«Las emprendedoras legales han llegado para quedarse»

por Susana Santos, responsable del área de Talento Jurídico Fundación Mutualidad Abogacía

– Emprender: “empezar a hacer una cosa determinada, en especial cuando exige esfuerzo o trabajo o cuando tiene cierta importancia o envergadura”. Las mujeres son históricamente emprendedoras, y su papel ha sido y es clave en la fuerza laboral y en el crecimiento económico de nuestras sociedades. En el contexto actual, y con el telón de fondo de la pandemia producida por el Covid-19 y un inestable e incierto contexto económico, sigue siendo la necesidad, más que la oportunidad o el propósito, lo que arroja a las profesionales a iniciar esta carrera de fondo.

El incremento de las cifras de trabajadoras por cuenta propia es el reflejo de esa cultura de crear desde el esfuerzo, que, tradicionalmente, ha estado vinculado a la obtención de ingresos a través del desarrollo de negocios adicionales a los del trabajo formal, pero que, en estos momentos, se traduce en una posición consolidada y persistente en el mundo empresarial. Las mujeres emprendedoras han llegado para quedarse y, según el último informe GEM España presentado este mes de junio, cada vez son más las involucradas en iniciativas emprendedoras, superando por primera vez al número de varones en todas las fases del proceso. Sin embargo, cabe señalar que esta tendencia ascendente no se produce en todos los sectores, ya que existe una infrarrepresentación en aquellos de mayor intensidad tecnológica y, por tanto, una predisposición a la segregación horizontal también en el mercado de trabajo por cuenta propia.

En el ámbito legal conviene seguir reflexionando sobre las barreras y dificultades que encuentran las emprendedoras para impulsar sus proyectos, especialmente en lo concerniente al acceso a la financiación o en la ruptura de unas dinámicas marcadas por la rigidez y escasa diversificación de perfiles del sector. Se hace necesario, por un lado, definir la figura del/la emprendedor/a legal, y por otro, adoptar un enfoque sensible a la igualdad de género que permita abordar cuestiones como el liderazgo femenino, la conciliación de la vida familiar y personal o el empoderamiento de las emprendedoras. No se trata exclusivamente de una cuestión de paridad numérica, sino de comprender cuáles son los mecanismos históricos y asimilados que están operando para que se produzcan desigualdades y, así, generar otros que nivelen y equilibren esta situación.

Existen ya iniciativas destacadas que ponen el foco en esta realidad y resulta positivo su esfuerzo por compartir y visibilizar buenas prácticas para abordar las desigualdades en la industria del emprendimiento legal. Desde Fundación Mutualidad Abogacía hemos tenido una aproximación a esta realidad a través del informe “Mujeres y emprendimiento digital en el sector legal” publicado en este 2022, donde, entre otras cuestiones, se ha podido evaluar el éxito de la iniciativa Lab Emprendimiento Jurídico, un proyecto diseñado desde una perspectiva de fomentar los proyectos emprendedores de las mujeres, promoviendo su acceso, participación activa y liderazgo de los mismos.

Sin embargo, es preciso seguir alentando programas relacionados con la igualdad en las profesiones jurídicas y medir el impacto que estos están produciendo. Este monitoreo permitirá evaluar y enfocar planes de acción futuros, que deberían enfocarse principalmente en el alumnado universitario y en su capacitación en emprendimiento, accionando el cambio cultural desde la base.

Las emprendedoras legales se abren paso, y su presencia supera la anécdota o la excepción.

El camino se está allanando, continuemos por esta senda.

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