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El Gobierno de Nicaragua expulsa las Misioneras de la Caridad

Al inicio de julio, el gobierno de Daniel Ortega emitió un decreto por el que se anula la personalidad jurídica de 101 ONG -entre ellas las religiosas de madre Teresa de Calcuta- que se suman a las más de 750 a las que el gobierno ha negado la personalidad jurídica en los últimos años.

El miércoles 6 de julio el régimen cumplió la sentencia de expulsión de las misioneras, aunque ya en los dos días previos las religiosas estaban sometidas a asedio y vigilancia, y los agentes del gobierno nicaragüense trasladaron a la frontera con Costa Rica a las casi 20 religiosas de la comunidad.

Absurdas las acusaciones del Ministerio del Interior: las monjas “no habían cumplido con ciertas obligaciones legales y estaban infringiendo la normativa contra el blanqueo de capitales, la financiación del terrorismo y de la proliferación de armas de destrucción masiva”. El informe también señalaba que la asociación de las Misioneras de la Caridad “no está acreditada por el Ministerio de la Familia para llevar a cabo sus actividades y que no tiene el permiso del Ministerio de Educación para hacerlo en el ámbito educativo”.

Las Misioneras de la Caridad estaban presentes en el país centroamericano desde 1988, cuando Madre Teresa de Calcuta lo visitó y se reunió con Daniel Ortega, quien entonces también era presidente. En estos 34 años, las hermanas han ofrecido un servicio ininterrumpido a los más pobres. En Granada dirigían un centro de acogida para adolescentes abandonados o maltratados a los que proporcionaban ayuda psicológica y escolarización.

Las religiosas también enseñaban música, teatro, costura y otros oficios para que los jóvenes pudieran integrarse en la sociedad. En Managua, además de crear una residencia de ancianos, desarrollaron un proyecto para estudiantes en situación de riesgo, en su mayoría hijos de trabajadoras de los mercados populares, mientras que en una guardería atendían a niños de familias con pocos recursos, principalmente madres solteras o vendedores ambulantes. Cientos de personas que las religiosas atendían y que ahora quedan en el desamparo.

El pasado mes de marzo, Ortega expulsó al nuncio apostólico, las amenazas a obispos y sacerdotes son noticias diarias…

¿Alguien todavía duda que en Nicaragua hay una deliberada persecución de los cristianos?

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