Agenda 2030

La historia de un negocio de miel que hoy es una oportunidad para una entera comunidad

Sam Aderobu comenzó su empresa, Honey Pride, en Arua, distrito al norte de Uganda, con el fin de ayudar a su comunidad. Ahora, con el apoyo de la ONU, el negocio está despegando, proporcionando trabajo a cientos de apicultores locales, muchos de los cuales son mujeres y jóvenes marginados.

«Yo trabajaba en una oficina, y la gente venía a mi lugar de trabajo para vender miel del Nilo Occidental, llamada así por la región de dónde vengo. Me llamó la atención saber que mi región estaba siendo utilizada como marca, y descubrí que el Nilo Occidental es una de las mejores regiones de Uganda para la producción de miel. Así que decidí volver a casa y empezar una empresa para servir a mi comunidad», comienza a contar Sam Aderobu.

El producto está en demanda tanto a nivel local como internacional, y tiene propiedades medicinales y alimentarias positivas. «Nos dimos cuenta de que hay un gran potencial para producirlo a gran escala. Sin embargo, muchas personas en esta región están recogiendo miel de manera tradicional, como una afición. Antes los trabajadores no tenían ningún apoyo formal, nadie estaba dispuesto a invertir en apoyarlos para mejorar la calidad de su miel, así que decidimos orientar a los agricultores y proporcionarles las formaciones para que tuvieran las habilidades necesarias. Hoy, trabajamos con más de 1700 agricultores que cosechan miel de apiarios en sus tierras. Proporcionamos un mercado confiable para ellos, esto los alienta a producir más.»

«Creemos que, si los agricultores entienden la apicultura como un negocio, va a mejorar su estilo de vida. Cuando comenzamos el negocio en 2015, un kilo de miel se vendía por unos 3500 chelines ugandeses, y hoy se vende a unos 7000. Esto ha motivado a muchos agricultores a dedicarse a la apicultura. Ahora pueden cubrir sus necesidades básicas sin tener que preocuparse por pasar hambre. Pueden comprar cabras y otros animales y pagar las cuotas escolares de sus hijos. Algunos incluso han podido adquirir propiedades. La apicultura está cambiando sus vidas.

Nuestra visión es posicionarnos como un líder en el mercado de la venta de productos de colmenas sostenibles dentro de la región de los Grandes Lagos, y vender a nivel mundial. Nuestros productos están cumpliendo con los estándares internacionales, y están siendo aceptados en los mercados extranjeros».

Estamos tratando de construir un equipo dedicado a la gestión, gran parte del cual son jóvenes. Y eso gracias a que estamos recibiendo ayuda de un programa dirigido por la Organización de las Naciones Unidas para la Agricultura y la Alimentación (FAO) destinado a cambiar la actitud de los jóvenes hacia la agricultura, y motivarlos para adoptar la agricultura como una fuente de empleo.

Los jóvenes con los que estamos interactuando comenzaron a darse cuenta de que tienen un gran papel que desempeñar en el desarrollo nacional. Así que, si bien queremos obtener un beneficio también estamos aportando un beneficio a la sociedad.

El financiamiento ha sido uno de nuestros mayores desafíos. Debido a la falta de recursos económicos gran parte del proceso de elaboración de la miel se ha hecho manualmente. Sin embargo, el Fondo de las Naciones Unidas para el Desarrollo de la Capitalización (FNUDC) nos ha permitido obtener financiación del Banco de Desarrollo de Uganda y mejorar parte de nuestro proceso de producción.

Ahora estamos utilizando una prensa de miel eléctrica, y pudimos adquirir una máquina de filtrado para mejorar la calidad de nuestro producto. Somos capaces de procesar unas cinco toneladas de miel en un mes, lo que supone un gran salto en la capacidad, y estoy seguro de que podremos obtener hasta unas 15 toneladas.

Estamos muy agradecidos por el apoyo que recibimos de la ONU, porque también nos ayudó a mejorar nuestra gestión empresarial, aumentar la producción y mejorar la calidad de nuestro producto.»

(fuente: Noticias ONU)

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