«Llegados a un punto de no retorno, podemos asegurar que la moda se regirá en un futuro por unos mandamientos que ya rigen en el presente y que se resumen en dos, que serán fundamentales para su desarrollo: sostenibilidad y tecnología.
Sin estos dos parámetros, el desarrollo se antoja si no imposible, sí desde luego incompleto. Y no vale todo, pero sí aplica a todo. Y a todos. Esta es una de las tesis de mi libro Fashion (R)Evolution, editado por LID Editorial, a partir de mi experiencia en medios de comunicación y en la dirección de certámenes de moda, pero también a través de más de cien entrevistas a profesionales del sector.
A largo de sus páginas, reflejo los Objetivos de Desarrollo Sostenible como una base sólida a la que referirse en la evolución de la moda y la industria textil. Y centrándose en el futuro se atreve a parangonar los ODS para crear los suyos propios como guía para la evolución que en ocasiones entiende como revolución.
No es que me guste empezar por el final, pero sí dejo clara mi querencia por el Objetivo de Desarrollo Sostenible número 17, el último, pero el necesario para que se cumpla el resto, porque tiene que ver con las alianzas. Estas resultan nodales hoy en día para acometer cualquier cambio o mejora social. Y la moda no puede ser diferente, ni le pueden ser indiferentes. Alianzas de la producción con la distribución, pero también entre diseñadores y marcas, de las que en los últimos tiempos se han visto bastantes. Y de plataformas. Como también entre la cultura, la industria y el negocio. Cada vez más.
Si de estas alianzas puede hablarse en plural, referidas a todo el universo fashion, lo innegable es que existe un tipo de unión que es fundamental aplicar a la moda española. Se trata de alianzas especialmente necesarias entre una industria que no ha acabado de entender a los diseñadores independientes. Pero de ida y vuelta, amplificando la confianza de los creadores hacia una industria que como ellos cada vez está más desarrollada, en el amplio sentido del término.
Alianzas entre la sostenibilidad y la tecnología. Como expreso en el libro, los procesos más relevantes relativos a la sostenibilidad no serían posibles si no interviniera la más alta tecnología para sustentarlos. Es necesaria en la nueva manera de producir, cada vez con menores desechos. Como lo es en los sistemas de reciclado de prendas y tejidos. Como resulta fundamental en las nuevas fórmulas de comercialización y distribución, más y más digitalizadas, más y más cercanas a experiencias que aúnen las experiencias y la velocidad con el respeto por los ejes sostenibles.
La industria será cada vez más sensible a la creatividad y a la diferenciación. Lo requieren también los propios ciudadanos a los que mejor no tratar únicamente como consumidores. La creatividad como auténtica diferenciadora, una condición que especialmente demandan los jóvenes y que se enmarca en eso que ha dado en llamarse lujo silencioso, que es el más aclamado en la actualidad y se supone que más aún lo será en un futuro. Un lujo que no se escribe solo con “l” de logo. Que habla de calidad y que, por consecuencia de aleja de la cuantificación, de esta cantidad del fast fashion a la que nos acostumbró el mercado y una cultura consumista y que a todas luces hay que desaprender. Un lujo que tiene mucho que ver con la artesanía, de la que soy defensora siempre y cuando se alíe con el diseño y salga del folclore. Una artesanía a la que apelo como neta salida para la moda del país, dado que en España existen grandes oficios ligados a ella que pueden engrandecer la moda, tratada como tal, no como ropa.
Al mismo tiempo, la Inteligencia Artificial se cuela a través de todas las neuronas del universo fashion para mejorar procesos, para abaratarlos, conseguir ahorros de tejidos, de tiempos, de emisiones de CO2, demostrando que detrás de ella hay una programación humana que crea para humanos, aunque entre ellos se cuelen los avatares. La IA ha venido para quedarse también entre la moda. Para colaborar con el ecodiseño. Para mejorar el patronaje. Para encontrar nuevas experiencias que hagan más apetecible el viaje del consumidor. Para establecer una mejor y más valiosa relación con este. Para mejorar incluso el valor añadido que hoy todos buscan.
Y en la medida de lo posible la Inteligencia Artificial va a ser aliada de la sostenibilidad básica para la evolución y revolución permanente en la búsqueda de un nuevo paradigma respetuoso con el medio ambiente y con los seres que lo pueblan. Porque la sostenibilidad no será más una especie de categoría necesaria. Será la categoría con mayúsculas. Esa imprescindible. Como agua potable. Es decir, no será cuestionable.»
Charo Izquierdo es consejera independiente, periodista, escritora y empresaria. Actualmente, es consejera editorial de El Español para sus secciones MagasIn y Enclave ODS, y también es miembro de varios consejos asesores. Su experiencia se centra en moda, sostenibilidad, estilo de vida, cultura y temas de género. Ocupó los cargos de directora general de revistas en Prensa Ibérica, directora de la pasarela Mercedes Benz Fashion Week Madrid y de las ferias de moda y estilo de vida en IFEMA. Además, fue fundadora y directora de la revista Yo Dona. En reconocimiento a su destacada trayectoria y liderazgo femenino, Charo Izquierdo fue nombrada Top 100 honoraria y ha recibido varios premios y distinciones, entre los que destaca el Premio 8 de Marzo de la Comunidad de Madrid. También ha sido galardonada con el Premio Directiva del Año, otorgado por ASEME, ha recibido un reconocimiento del Ministerio de Igualdad por su contribución a la eliminación de la violencia contra las mujeres y fue distinguida con el galardón Women Together en Naciones Unidas. Charo también es vicepresidenta de la Fundación Robert F. Kennedy Human Rights y socia activa de Women Action Sustainability e International Women Forum España. Además, es socia de Womenalia y del Instituto de Consejeros y Administradores, es miembro de mérito de la Academia del Perfume y ha publicado tres libros: Puta no soy (LID Editorial), ¡Socorro, soy abuela! (Plaza&Janés) y ¿Soy yo o es que aquí hace mucho calor? (Planeta).
