La fuerza de las historias

”La miseria é opera degli uomini, solo gli uomini possono distruggerla”

Un’altra Giornata Mondiale, oggi quella dello sradicamento della povertà; ma all’origine di questa data assunta dall’ONU nel 1992, c’è la battaglia di un uomo che ha vissuto l’estrema povertà: padre Joseph Wresinski (1917-1988).

Nato da padre polacco e madre spagnola, il 12 febbraio 1917, Joseph crebbe in un orfanotrofio molto povero a Angers, Francia. Venne ordinato sacerdote il 29 giugno 1946, a Soisson, e per 10 anni fu curato nella parrocchia operaia e rurale nel dipartimento di Aisne, finché il suo vescovo gli propose di raggiungere un campo di senza tetto, a Noisy-le -Grand vicino a Parigi.

Padre Joseph vi arriva il 14 luglio 1956. Davanti a quelle 252 famiglie ha uno choc: è l’impatto con un popolo che elemosina dignità, un popolo che possiede un pensiero ed una esperienza necessari alla società. “Sono stato ossessionato dall’ idea che mai queste famiglie sarebbero uscite dalla miseria anche per molto tempo, che non sarebbero state accolte nel loro insieme, in qualità di popolo, laddove gli altri uomini discutevano. Mi sono promesso che se fossi rimasto, avrei fatto in modo che queste famiglie potessero percorrere i gradini del Vaticano, dell’ Eliseo, dell’ ONU…”

“Aide à Toute Détresse” (ATD) – cioé aiuto a tutta la miseria, è l’associazione a cui dà vita a poco a poco assieme alle famiglie: crea un giardino per bambini, una biblioteca, una lavanderia, una cappella…

Questa è la certezza che anima padre Joseph: ”La miseria é opera degli uomini, solo gli uomini posso distruggerla”. E uomini e donne di varie nazioni scelgono di impegnare la loro vita per i più poveri; nasce il volontariato permanente del Mouvement ATD Quart Monde (Movimento ATD Quarto Mondo).

Padre Wresinki diventa membro del Consiglio economico e sociale della Repubblica Francese dal 1979, e redige un Rapporto sulle importanti ripercussioni sociali e politiche attraverso l’ Europa e nel mondo: «Grande pauvreté et précarité économique et sociale» (Grande povertà e precarietà economica e sociale), adottato l’ 11 febbraio 1987

Per la prima volta, il popolo del Quarto Mondo si esprime ufficialmente attraverso la voce di uno dei suoi. Il Rapporto riconosce la miseria come violazione dei diritti umani e proclama che non è possibile sopprimere l’ estrema povertà senza associare di primo acchito i più poveri come interlocutori. Qualche mese dopo, il 17 ottobre 1987, a Parigi, rispondendo all’ appello di padre Wresinski, più di 100.000 persone esprimono la necessità di unirsi per far rispettare i diritti dell’ uomo, riunendosi attorno al Sagrato del Trocadero, nel luogo dove fu firmata la Dichiarazione Universale dei Diritti dell’ Uomo.

Questo raduno ha istituito il 17 ottobre, Giornata Mondiale del Rifuto della Miseria. Tale Giornata é stata riconosciuta ufficialmente dalle Nazioni Unite il 22 dicembre 1992.

En el origen de este día, un hombre que vivió la extrema pobreza, padre Joseph Wresinski. Nació el 12 de febrero de 1917, en Angers, Francia. Con una infancia marcada por la miseria, su vida estuvo siempre ligada a su pueblo, el cuarto mundo, que es la base del Movimiento fundado por él. El 14 de julio de 1956, el padre Joseph Wresinski llegó por primera vez a un barrio de Noisy-le-Grand (cerca de París), donde 252 familias, abandonadas por la indiferencia y el desprecio del mundo que les rodeaba, vivían en la indigencia más completa. Con esas familias y algunos amigos, creó en 1957 la primera asociación contra la exclusión de los más pobres, que más adelante daría origen al Movimiento ATD Cuarto Mundo.

El padre Joseph Wresinski sabía por experiencia propia lo denigrante que es para una persona recibir limosnas, pero sobre todo sabía que lo más humillante para los más pobres era que nadie les permitiera opinar, que no se reconocieran sus valores y sus experiencias, que no se les dejara expresar sus esperanzas. Por ello, desde el inicio, sabía con claridad el camino que debía recorrer: primero hacer reconocer como un pueblo digno de respeto, con derechos y responsabilidades, a todas aquellas personas y/o familias que aparecían ante la sociedad como seres sin identidad.

En 1968, los pobres expresaron su voluntad de acceder al derecho a tener una familia, al resto de derechos, a la dignidad, a un futuro para sus hijos. Redactaron los » Libros de reclamaciones», que dieron lugar a un manifiesto: » Un pueblo habla «. A este pueblo, el padre Joseph Wresinski le dio el nombre de Cuarto Mundo, cuya primera acción fue compartir el conocimiento, por ejemplo a través de las bibliotecas de calle.

«La expresión Cuarto Mundo fue creada por el padre Joseph Wresinski, para dar una identidad social positiva a las personas que viven en la extrema pobreza en todo el mundo», dice, en la página 6, del informe final de la ONU sobre: «Los Derechos Humanos y la Extrema Pobreza», presentado por el señor Leandro Despouy.

En 1976, el padre Joseph Wresinski fue nombrado miembro del Consejo Económico y Social de Francia, como personalidad cualificada.

El 11 de febrero de 1987, El Consejo Económico y Social francés apoyo el informe «Gran pobreza y precariedad económica y social» presentado por el padre Joseph Wresinski, en el que propuso una estrategia global de lucha contra la miseria.

El 17 de Octubre de 1987, en el Atrio de los Derechos Humanos y de las Libertades en París, ante cien mil personas de todo el mundo, el padre Joseph Wresinski inauguró una Placa para honrar a las víctimas de la miseria y lanzó un llamado a la Organización de las Naciones Unidas, para que el 17 de octubre se declarara «Día Mundial del Rechazo a la Miseria». El 22 de Diciembre de 1992 la ONU reconoció este día como «Día Internacional para la Erradicación de la Pobreza«.

El 14 de Febrero de 1988, el corazón del padre Joseph dejó de latir en París, Francia; dejándonos este mensaje: «La miseria ya no existirá mañana, si nos ponemos de acuerdo para ayudar a estos jóvenes a darse cuenta de la realidad de su pueblo, a transformar su violencia en combate inteligente, a amarse con ternura, con esperanza y con sabiduría, para llevar a cabo una lucha contra la ignorancia, el hambre, la caridad y la exclusión.»

(fuente: www.mundosinmiseria.org)

 

 

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