Entrevistas

Mi entrevista con Josefina García Calero

Fundada en 1969 por Pepe García y Elisa Calero, Mariscos Castellar atesora más de medio siglo en la elaboración y distribución de productos del mar de primera calidad, especialmente marisco, que lleva a toda España. Su sede se encuentra en la localidad jiennense de Castellar. Francisco y Josefina, hijos de Pepe y Elisa, llevan actualmente el timón de la compañía. En unos de estos días de finales de mayo “en confinamiento”,  Josefina García Calero me dedica un buen rato de tiempo por teléfono y aquí tenéis el contenido de nuestra conversación.

Primero, me llama la atención que una empresa como Mariscos Castellar tenga su sede en el corazón de la provincia de Jaén, lejos del mar… ¿tiene que ver con la historia de la empresa?

Viene de una historia que remonta a hace 50 años, cuando mi padre vio una oportunidad de negocio. Él tenía familia en la costa, en El Puerto de Santa María (Cádiz) en concreto, y haciendo unos viajes por allí, vio que allí había productos que aquí no estaban y empezó así, consiguió traerlos y poco a poco comenzó a funcionarle bien.

¡Qué bien! Siempre hay una chispa que pone en marcha muchas cosas… Mariscos Castellar ha celebrado hace poco 50 años, me imagino, muy ricos de historia, de vida, de desarrollo… ¿Cómo puede resumirme estos 50 años? ¿Y qué significa ahora para usted sacar adelante una empresa con este recorrido?

Claro, 50 años dan para mucho… los inicios sé que fueron muy difíciles, muy complicados en cuanto a esfuerzo, de mucho trabajo, porque no se contaba con los mismos medios con los que se cuenta ahora, ni medios logísticos, ni medios de producción, había un gran esfuerzo de trabajo físico. A cambio, pues sí que había una recompensa: el éxito parecía que venía más fácil que ahora, porque ahora puedes trabajar 20 horas al día y no consigues lo mismo. Entonces quizás lo que fue una actividad novedosa en su momento, el trabajar mucho y dedicarle mucho tiempo hizo que tuviese mucho éxito. Durante todo este tiempo, el fundador, Pepe García y mi madre, su mujer, fueron las dos personas que lideraban el proyecto. Mi padre, sin tener ninguna formación, la verdad es que ha sido un líder bastante bueno. Desde el primer momento supo delegar, formando de esta manera otras personas, personas que incluía en su equipo y que sabían autogestionarse. Él ha tenido una forma de liderar muy familiar, ha sido muy autoexigente en su trabajo, algo que transmitía a sus empleados. También transmitió de una forma muy fuerte el sentido del trabajo, el compromiso en la empresa; esto hizo que, en cuanto a personal, se puso una base muy sólida. Y esta base todavía está allí y ha hecho que de una cierta manera forme parte del éxito. De la misma manera, la empresa en estos 50 años ha ido creciendo de una forma… quizás un poco lenta, algunos la pueden ver lenta de cara a cómo ha crecido la estructura. Creo que él siempre pensó que crecer por crecer no era lógico, siempre ha ido creciendo sin olvidarse del origen y sin olvidarse del ‘porque’ los clientes compraban nuestros productos. Y seguir haciendo nuestros productos de una manera artesanal, seguir dando un producto que, como nosotros decimos, “se trabaja”, un producto excelente, aportando siempre materia prima de primera calidad, siendo muy exigentes en el proceso y en la selección a la hora de trabajarlo… creciendo de esta manera.

Para una empresa familiar, yo creo que hay dos elementos: la fidelidad a la idea que ha hecho nacer la empresa y, por otra parte, mirar hacia adelante y seguir desarrollándose a través de la innovación. Hay que conjugar estos dos elementos, ¿es así?

En este sentido, en nuestra empresa la innovación no ha sido tanto en productos, porque nuestro producto sigue siendo el mismo, nuestra especialización es el marisco, crudo o cocido. Se pueden hacer otras innovaciones que tenemos como proyectos -por ejemplo, platos preparados con una base de ingredientes de mariscos-, pero ahora con la situación creada por la pandemia se han quedado un poco parados. Decimos que en nuestra empresa la innovación se ha aplicado principalmente en la forma en la que nos relacionamos con nuestros clientes y en el esfuerzo que hacemos para que sigan comprando nuestro producto.

Siempre, cuando necesito conocer a una empresa y voy a su página web, lo primero que busco y leo, es el “quienes somos”. En vuestra web, me he parado delante de esta frase: “el factor humano constituye un pilar esencial”. Ya me ha contestado hablándome de su padre, pero ahora, en este momento de dificultad que afecta a todos los sectores, para vosotros, ¿qué significa esta frase?

Para nosotros, el factor humano en nuestra empresa es el factor crítico del que sigue dependiendo el éxito de la empresa, es decir: el personal que tenemos junto con la selección de materias primas es fundamental. Podríamos tener muy buena materia prima porque hoy en día los recursos están mucha más a la mano de todo el mundo; no era así hace 50 años, cuando uno podía desplazarse a un puerto y otra empresa no, esto también forma parte del éxito de mi padre, de su emprendimiento y su valentía. Nosotros tenemos algunos proveedores exclusivos, pero aun comprando o aun teniendo los recursos de materia prima que puede tener nuestra competencia, la forma en la que trabajamos nuestros productos, esta sí es única, y esto lo hacen nuestros trabajadores.

Su trayectoria académica y profesional refleja los tiempos de tu generación y también su hermano tiene esta formación imprescindible. Si he entendido bien, habéis tenido experiencias en otras empresas…

Mi hermano solamente aquí, en nuestra empresa. Yo hice Dirección y Administración de Empresa en la Escuela Internacional de Gerencia en Granada que tiene una vinculación con una universidad del Reino Unido y allí me fui para hacer un máster en marketing estratégico. Después tuve dos años de experiencia en el sector de productos del mar congelados en una empresa inglesa en la que yo comercializaba productos del mar en el mercado español.

Y con su hermano ahora están compartiendo la responsabilidad de la empresa, me imagino que se han repartido los roles… ¿Cómo funciona?

Bueno, compartimos la dirección general y dentro las que son nuestras tareas diarias o en las que enfocamos nuestra actividad, él supervisa todo lo que es la jefatura de compra y también lleva el tema de finanza. Yo estoy más en la dirección comercial y de marketing. Después tenemos un departamento de producción que ambos supervisamos.

Y en vuestra empresa, ¿cómo están aplicando la política de igualdad y de conciliación? ¿Tienen planes particulares?

En el total de los trabajadores de nuestra empresa, siempre las mujeres han constituido la mayoría. También depende de los departamentos: en producción el 80% son mujeres. Cuando mi hermano y yo tomamos las riendas de la empresa, dentro del departamento de producción formamos un equipo de dirección de siete personas, y de estas siete, cinco son mujeres. En los departamentos de logística y de almacenamiento, allí sí el 100% son hombres. También tengo que decir que ninguna mujer ha pedido trabajo para esto departamentos, se trata de entrar en cámaras frigoríficas, no es porque no sean capaces…

Entiendo que es porque son condiciones que pueden perjudicar más a las mujeres, por ejemplo, en lo que se refiere a la salud…

En el departamento comercial, hasta hace dos años, el 100% eran hombres; ya hemos incorporado a dos mujeres y sí que tenemos claro que cualquier persona nueva que se incorpore al Departamento Comercial tiene que ser mujer.

Ya, son decisiones con valentía y perspectiva…

Luego en el departamento de administración, si hay nueve personas, siete son mujeres. Tenemos también un equipo de dirección de la empresa, con los jefes de los departamentos, y allí todavía no está la paridad. Tampoco se ha discriminado a la mujer por ser mujer. Estos puestos de dirección de departamentos vienen prácticamente autoformándose, es decir, son personas que han trabajado mucho tiempo en la empresa y han demostrado que es importante que estén allí, pero no porque sean hombres.

Otra cosa que nosotros seguimos manteniendo es una que mi padre siempre tuvo en cuenta: es decir que, a la hora de incorporar a gente, siempre fuera gente de su pueblo o de los pueblos aledaños. Lo que pasa es que nos limita, por una parte, porque no hay tantas posibilidades de gentes con formación académica. Entonces, a la hora de incorporar a una persona, miramos a la actitud y el potencial que puede tener y nosotros lo formamos. Esto hace que nos cueste más trabajo… no es lo mismo contratar a una persona que ya tiene una formación académica, pero que no tiene actitud; sin embargo, si tiene actitud es más lento y más costoso para nosotros, pero a mi padre siempre le dio resultados y nosotros seguimos apostando por eso: contratar a gente de nuestro pueblo o del entorno, de la comarca.

Me parece muy importante y muy bonito, una respuesta concreta al gran problema de la España vacía…

Es una posición que realmente nos retroalimenta, porque nosotros contribuimos a crear puestos de trabajo en nuestra comarca, pero también es cierto que la gente que entra en nuestro equipo se queda realmente aquí y no hay tanta fuga de personal. Y luego, en cuanto al tema de conciliación, la política que tenemos es lo que vaya demandando el trabajador, y teniendo tantas mujeres, intentamos ir al encuentro de lo que nos van pidiendo (excedencia, permisos…)

Creo que aquí está uno de los grandes valores que tiene una empresa familiar, que no es solamente una estructura en la que uno tiene que encajar sí o sí

En nuestra empresa familiar, los directores están más al alcance de cualquier trabajador que sabe que tiene su responsable de departamento, pero al mismo tiempo se siente libre de venir directamente a la puerta para hablar con nosotros.

Una última pregunta: el COVID-19 os ha afectados en los proyectos a medio y largo plazo, pero ¿qué perspectivas tenéis ahora que estamos en la desescalada y todo el mundo tendría que ayudar a volver a poner en marcha la economía?

Nos ha afectado a nuestros proyectos de futuro inmediato, pero sobre todo nos ha hecho muchísimo daño es en el día a día, porque tanto indirecta como directamente, el 75 % de nuestra facturación depende de la hostelería. Se está manteniendo el 25% de facturación a través de tiendas y de supermercados. Desde aquel “viernes negro” del 13 de marzo, nosotros hemos tenido que hacer frente a una financiación extra a nuestros clientes y parar por completo nuestra facturación. De repente nos encontramos con que las ventas se cayeron y los pagos no llegaban tampoco. Por suerte, nos ha pillado en una posición digamos sólida económicamente y, desde este punto de vista, lo podemos sobrellevar esperando que esta “apertura” de la hostelería funcione, porque no solo afectaría a nosotros, es que España vive del turismo y si el turismo no va a venir de verano y la hostelería no funciona… nuestra recuperación depende de cómo se vaya recuperando la hostelería.

¡Gracias, Josefina! Le deseo lo mejor, me ha transmitido la valentía de gente que construye un país.

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