Entrevista a AURORA MATÉS, CEO y fundadora de MIMAAR
Muchas veces la “chispa” que empuja a una mujer a emprender es una necesidad que se presenta o de todo modo una circunstancia concreta… Sé que tenía desde muy joven una tienda de ropa infantil, pero ¿Cuándo y cómo ha decidido dar el salto y crear algo propio?
Tuve dos tiendas, que ocuparon cinco años de mi vida, desde los 18 hasta los 23. Fue en esos años cuando empecé a sentir curiosidad por la confección. Estudié un curso a distancia de confección y patronaje, entre que atendía a un cliente y a otro. Y decidí comprar una máquina de coser que instalé en la tienda tras el mostrador. En las horas que la tienda cerraba al medio día, iba haciendo cositas como baberos, capas de baño, mantas… que luego vendía en mi propia tienda. Cada vez la parte creada por mí ocupaba más espacio en la tienda y con el tiempo empecé a ofrecer a otras tiendas del sector. Llegó un momento que la distribución a tiendas me ocupaba más horas de las que podía destinar, de modo que decidí una vez más arriesgar y cerré mis tiendas para dedicarme exclusivamente a la distribución a otras.
El Enrollagateo llegó más tarde, con la llegada de mi primer hijo. Cuando nació Marcos decidí parar durante un año y dedicarme 100% a él. Era un bebé muy curioso y pedía suelo a todas horas. Y no encontraba ninguna colchoneta de gateo que me gustase. Las había demasiado pequeñas, otras grandes pero no eran fácil de transportar, algunas había que montarlas tipo puzzle y por supuesto Marcos se encargaba de desmontarla continuamente, otras no se desenfundaban para lavar, unas eran plastificadas y en verano sudaba mucho al contacto con la piel, otras no tenían una densidad de colchón adecuada… Y además yo me pasaba el día de casa de un familiar a otro y necesitaba algo que se recogiese super rápido para llevármela. Así que ahí surgió la idea de crear una colchoneta que reuniese todos los requisitos que necesitaba. Una colchoneta de gateo que se recoja y transporte fácilmente, que se pueda desenfundar para lavar en lavadora, que sea grande, que sea apta para exteriores, que respete la piel del bebé y que la densidad del colchón sea la justa para amortiguar golpes, pero estable para no interferir en el correcto desarrollo del bebé. Y de todos esos requisitos nació el Enrollagateo.
¿Por qué el nombre “Mimaar”? Es obvio, creo, pero me gustaría que lo explicara.
Mimaar es la conjunción de los nombres de las personas que forman parte de esto de un modo u otro MI de Miqueas, mi marido, que ha sido mi apoyo desde el principio. MAR, de Marcos, mi primer hijo y quien me inspiró desde el principio. Y decidí intercalar con una A de Aurora, mi propio nombre. Y además en sí mismo nos recuerda a la palabra “mimar” que es justo lo que queremos hacer con los bebés para los que confeccionamos nuestros productos.
Usted misma ha diseñado y patentado el Enrollagateo, ¿ha tenido dificultades en estas fases? Lo pregunto por que su experiencia puede ser útil a otras mujeres que quieren emprender en otros ámbitos…
El Enrollagateo lo creé reuniendo las carencias que encontré en el mercado al buscar una colchoneta de gateo para mi hijo, por lo que era consciente de que no había nada igual, de modo que decidí protegerlo con patente. Mi consejo para no encontrar grandes dificultades es que haya un buen asesoramiento desde el principio, ya que son tramites complejos.
No creamos unos Enrollagateos de diseño cerrado, si no que cada familia puede hacer las combinaciones de colores, estampados y elementos sensoriales que prefieran, adaptándolo 100% a sus gustos y necesidades
El Enrollagateo es un producto único en el mercado: ¿Cuáles son las principales novedades que ofrece?
El Enrollagateo es la única colchoneta de gateo evolutiva que se convierte en bolso y que acompaña al bebé en su desarrollo. Además, es desenfundable y apto para exteriores, por lo que se convierte en un aliado perfecto en vacaciones. Algo que destaca y que gusta mucho es que cada familia puede diseñar su Enrollagateo como lo desee. Tenemos disponibles más de quince estampados y más de veinticinco elementos sensoriales. Los elementos sensoriales son unas figuras de distintas formas, como nubes o estrellas, que se cosen en el Enrollagateo y en su interior tienen un pequeño sonajero y pito, lo que motiva a los bebés a desplazarse por el Enrollagateo para alanzarlas. Además, tenemos muñecos sensoriales que son divertidos animalitos como leones, jirafas, koalas, elefantes… Se pueden quitar y poner en el Enrollagateo y a los bebés les encantan. No creamos unos Enrollagateos de diseño cerrado, si no que cada familia puede hacer las combinaciones de colores, estampados y elementos sensoriales que prefieran, adaptándolo 100% a sus gustos y necesidades.
Me parece muy interesante, también desde un punto de vista económico, que la colchoneta se pueda “reciclar”, por así decirlo, con distintos complementos evolutivos, hasta los 6 años al menos… ¿Me lo explica más en detalle?
He estado muchos años en el mundo de la puericultura, debido a las tiendas que tuve antes de Mimaar. Me sorprendía la cantidad de productos que había en el mercado, cada uno para un uso en concreto y que rápidamente cuando el bebé superaba una fase de desarrollo, necesitaba otro acorde a sus nuevas habilidades, el anterior ya no le valía. Por lo que poco a poco fui desarrollando complementos que hacen que el Enrollagateo evolucione adaptándose a cada etapa de nuestros pequeños y de ese modo seguir siempre dándole uso a la colchoneta. Tenemos la Parcelita, que es un contorno de seguridad, el Arco, que es un gimnasio, el Iglú que es una cabañita… Y todo ello en versión normal o en versión maxi, que es todo el doble de grande. Tenemos hasta una versión de colchoneta, el ENROLLACOLOREA que se puede pintar y que se borra todo en lavadora, teniendo de nuevo un gran lienzo para colorear. Por lo que una vez lo han usado como colchoneta de gateo… le sacas los rotuladores (que vienen incluidos) ¡Y a colorear! Y ahí tienes un nuevo uso de la colchoneta…
Y lo mejor de todo ello es que cada familia escogerá los complementos que se adapte a sus necesidades y justo en el momento que lo deseen, pues están expresamente diseñados para poder ser acoplados en cualquier momento. De modo que las familias pueden ir haciendo el gasto económico conforme su bebé alcance la etapa evolutiva de cada complemento y adquirir solo aquellos que consideren llegado el momento que necesitan. Evitando así también comprar productos que luego acaban no usando, algo que sucede mucho.
En mi caso, creo que la clave para que un proyecto funcione es buscar las carencias que existen y preguntarte que puedes aportar tu a esas carencias.
Desde 2017 Mimaar ha vivido un crecimiento exponencial, pasando de facturar 60.000€ en 2019 a 200.000 en 2020… y sigue creciendo, alcanzando los 3.000 pedidos anuales. ¿Se lo esperaba? ¿Cómo se explica este éxito?
No me esperaba un crecimiento tan rápido, pero si soy sincera, siempre confié en mi proyecto, eso es importante. En mi caso, creo que la clave para que un proyecto funcione es buscar las carencias que existen y preguntarte que puedes aportar tu a esas carencias. Trabajar mucho en ello y no quedarte con la primera idea que te venga, si no probar y rectificar tantas veces sean necesarias. Y sobre todo y lo más importante, inspirarse en las ideas propias, no tratar de plasmar las ideas de otros. Esos caminos ya están recorridos por otras personas y difícilmente podrás descubrir lo que la cima tiene para ti, si lo haces por el mismo camino que ya se ha andado. Diferenciarse es la clave.
Su taller se sitúa en Castellar del Vallés y tiene un equipo de 10 personas, ¿me lo detalla?
El universo Enrollagateo es posible gracias a muchas funciones necesarias desempeñadas por un equipo humano. Desde nuestras cosedoras, que por supuesto son quienes materializan el Enrollagateo. Nuestro programador, que está en continuo trabajo sobre nuestra web y SEO. Nuestra videógrafa y fotógrafa, que cámara en mano está continuamente creando contenido precioso que luego comparte en nuestras redes sociales. Los cortadores de tejidos, parte indispensable de la producción. Los chicos de empaquetado, que enfundan y empaquetan a diario los Enrollagateo. Nuestra ilustradora, que plasma en acuarela diseños preciosos que acaban estampados en nuestros tejidos. Y por supuesto yo y mi marido, que cada día vivimos con ilusión y muchísimo esfuerzo este sueño que sigue costándome mucho esfuerzo y sacrificio.
¿La distribución hasta donde ha llegado? Hasta la fecha, obviamente…
A través de nuestra web distribuimos por toda Europa, ocupando los pedidos nacionales el 80% y el 20% al resto de Europa.
Un aspecto imprescindible también en su actividad es la sostenibilidad: ¿qué significa concretamente proteger al medioambiente para Mimaar?
En primer lugar y el más destacado es el modo de producción artesanal, una producción 100% en nuestro taller. Asegurándonos de no tener mermas de tejidos y garantizando los derechos de las personas que cosen. Un 95% de nuestros proveedores son nacionales, con producción nacional. Usamos tejidos 100% algodón orgánico con certificados OEKO-TEX y GOTS, para cuidar la piel del bebé al posarse sobre el Enrollagateo y también el medioambiente.
¿El próximo objetivo, a medio y/o a largo plazo?
En nuestros planes más próximos tenemos lanzamiento de productos nuevos, que seguirán transformando y evolucionando el Enrollagateo. También estamos poniendo mucho cariño a un proyecto en común con una gran marca del sector puericultura, que esperamos lanzar muy pronto.
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Anna Conte