Entrevistas

Entrevista a Ana Alonso, presidenta de FAME

Capacidad de escucha, coherencia y valentía frente a los eventos de la vida, serenidad en el trato y en las palabras sustanciadas de la autoridad que le viene de la experiencia… Esto y mucho más transmite Ana Alonso en la conversación con motivo del 20 aniversario de FAME

20 años, se dice pronto. Los aniversarios sirven también para mirar hacia atrás y sobre todo hacia adelante. Por su larga trayectoria empresarial creo que es la persona más indicada para dibujarnos una fotografía de ‘la empresaria’ andaluza, sea en el año 2000 sea en la actualidad…

Efectivamente, 20 años dan para mucho… Me emociona pensar que hemos recorrido un camino no exento de escollos y dificultades, pero que ha servido para visibilizar y posicionar a las empresarias andaluzas allí donde por derecho y de natural les corresponde. En estos últimos 20 años, nuestra sociedad ha vivido grandísimas transformaciones y las empresarias andaluzas no se han quedado atrás. Todo lo contrario, estas, junto con nuestros colegas los empresarios, se caracterizan por ser palanca de cambio y motor de desarrollo. El tejido empresarial femenino andaluz ha ido evolucionando de acuerdo con los retos que la sociedad, la economía y la política han ido planteando y, en este contexto, las empresas lideradas por mujeres han crecido de manera exponencial a lo largo, a lo ancho, a lo alto y transversalmente. En otras palabras, en la actualidad, existe un mayor número de empresarias, de mayor tamaño, operando en un mayor número de sectores hasta el momento “masculinizados”, con una significativa presencia en los mercados internacionales y participando de manera activa en las organizaciones empresariales. Por tanto, podemos decir en consecuencia, que las empresas lideradas por mujeres tienen, a mi modo de ver, un gran potencial de desarrollo a futuro.

¿Cuáles son los principales logros de estas dos décadas? ¿Y los retos pendientes?

Diría que existen distintos niveles de análisis relacionados con la consecución de logros en la FAME. A nivel interno, puedo decir que las empresarias andaluzas hemos conseguido crear y consolidar organizaciones empresariales formales y, por tanto, cohesionadas y vertebradas territorial y sectorialmente, lo que ha facilitado un crecimiento sostenido en el tiempo y un dinamismo organizativo de gran utilidad para la defensa de los legítimos intereses de las empresarias. A nivel externo, la FAME ha avanzado en el desarrollo y consolidación de las relaciones institucionales como organización clave y de interés social. Respecto a los retos, da un poco de vértigo pensar que después del camino recorrido, todavía nos queda una larga singladura por delante. Precisamente en la actualidad nos encontramos ante una situación, la producida por la COVID–19, en la que se nos presentan nuevos escenarios, como por ejemplo el teletrabajo, que vienen a agrandar aún más si cabe el gap relacionado con la conciliación y la corresponsabilidad. Por otra parte, nuestro foco lo tenemos puesto en la digitalización de las pequeñas y medianas empresas, en el acceso a los recursos estratégicos en igualdad de condiciones y en la participación activa en los ámbitos de opinión e influencia.

El camino hacia la paridad real supone un cambio cultural. ¿Cuáles son los ‘indicadores’ de este cambio cultural aquí en Andalucía?

Así es, los problemas derivados de la inequidad por razón del género son de carácter estructural y sistémico y, por tanto, las soluciones orientadas a revertir la situación actual deben ser también estructurales y con capacidad transformadora. A mi modo de ver la educación y, a través de ella, el cuestionamiento de las actitudes que por mor de las costumbres y las tradiciones se siguen considerando aceptables, es clave para impulsar cambios en favor de la igualdad. Y junto a la educación, la transformación social y el compromiso político con la igualdad real y efectiva. Afortunadamente, las empresas andaluzas no son ajenas al compromiso con la igualdad de oportunidades y de trato de las mujeres, y cada vez un mayor número de ellas toman partido a favor de la gestión del capital humano teniendo en cuenta el talento y las competencias de las personas.

FAME representa al empresariado femenino andaluz en la CEA; en 2018, Javier González de Lara, presidente de CEA, y usted suscribieron un acuerdo para fortalecer el tejido empresarial femenino y las políticas de igualdad; concretamente, ¿qué significa avanzar en este sentido?

Para la FAME es fundamental contar con el apoyo del presidente de CEA, principalmente porque somos conscientes de que en él encontramos un aliado estratégico imprescindible para seguir avanzando en la senda del posicionamiento de las empresarias andaluzas. Debo decir que yo tengo una deuda de gratitud con González de Lara, pues desde su llegada a la presidencia de la organización no ha hecho más que dar muestras de su compromiso con la FAME. Compromiso que va más allá de lo que pudiera esperarse de unas relaciones institucionales cordiales y que se materializa en hechos concretos, como por ejemplo la firma de convenios, el establecimiento de alianzas y el desarrollo de acciones. Este no es más que uno de los muchos ejemplos que ponen de manifiesto que el liderazgo transformador del presidente de CEA es capaz de aglutinar a todo el tejido empresarial andaluz sin excepción.

En CEA ahora hay también un Consejo de Igualdad, que usted preside. ¿Cuál es su papel? ¿Tiene iniciativas particulares?

Este órgano se crea a instancias del presidente de CEA como órgano de consulta y estudio en materia de igualdad y tiene la encomienda de dar respuesta a uno de los retos que en estos momentos se plantea nuestra sociedad: la igualdad de oportunidades y de trato entre mujeres y hombres. Entre sus funciones está la de asesorar al presidente y facilitar a los órganos de gobierno de CEA la toma de decisiones relacionadas con la igualdad. Así mismo, el Consejo debe acompañar, informar y ayudar a las empresas andaluzas en asuntos relacionados con la igualdad. Debo decir que el compromiso y la colaboración de las empresas andaluzas con el Consejo es más que notable y que los empresarios y empresarias que forman parte del mismo generan aportaciones e iniciativas muy valiosas.

FAME aúna y da representatividad a todas las organizaciones empresariales de mujeres de las distintas provincias y de todos los sectores económicos. ¿Todos los sectores avanzan al mismo paso o hay algunos que necesitarían un impulso mayor?

Es indudable que la economía en general y los sectores de actividad en particular se comportan según los factores situacionales (económicos, políticos, territoriales…) presentes en cada momento.  Y como en el caso de la actual situación socioeconómica producto de la crisis sanitaria derivada de la COVID-19, cada sector evoluciona en función del impacto producido en el mismo. Las empresarias andaluzas, como las del resto de España, tienen un peso específico, aunque no exclusivo, en el sector servicios. Teniendo en cuenta este hecho y que en este momento los sectores más afectados son el turismo, restauración, ocio y tiempo libre; industria cultural; servicios a las personas y a las empresas; las actividades deportivas, educativas y las relacionadas con el comercio y la salud, ciertamente, el tejido empresarial femenino está sufriendo esta crisis con especial dureza. Por ello, en estos momentos es imprescindible que los gobiernos nacional y autonómico tomen medidas estratégicas encaminadas no solo a resistir los envites de la crisis, sino a recomponer la situación para volver cuanto antes a los niveles de actividad anteriores a la crisis y con ello, a recuperar la capacidad de crear empleo y riqueza.

Las mujeres tienen un protagonismo atávico en el mundo rural; ¿hoy, qué papel tiene la mujer rural en el desarrollo económico de Andalucía?

Permítame que antes de contestar a su pregunta exponga un pequeño mapa de situación. El 60% de las propiedades agrarias tienen más de 55 años y el 65% menos de 35 años; existe un 1,85 millones de mujeres  en el entorno rural, (49,8% de la población rural); el índice de masculinización del medio rural es del 104%, es decir, seis puntos por encima del índice de masculinización total (98%); por término medio, las mujeres del entorno rural dedican cinco horas al trabajo remunerado y ocho al trabajo doméstico; menos del 20% de las explotaciones agrarias mundiales son explotadas por mujeres, y estas son de pequeñas dimensiones. A todo ello le sumamos que todavía a día de hoy, las explotaciones agrarias y ganaderas son en la mayoría de los casos de titularidad masculina, aunque, como ocurre en numerosos casos, las mujeres trabajen activamente en la explotación. No obstante a ello, las empresarias y emprendedoras del entorno rural muestran un vigor extraordinario y es por ello que en la FAME tenemos interés en reducir el gap de género existente en la actualidad. Ellas están apostando no solo por las actividades económicas tradicionales, sino que están penetrando en sectores alternativos como por ejemplo el turismo, el ocio, las actividades recreativas, el agroalimentario o la industria cultural.

¿Hay iniciativas particulares en acto o de próximo lanzamiento para las mujeres rurales?

A mi modo de ver, el impulso del desarrollo económico y social del entorno rural ayudará a mejorar la calidad de vida de las personas en todo el planeta. Además, la conservación y protección de los recursos naturales paisajísticos y culturales y el aseguramiento del acceso de la población a los alimentos es una cuestión compatible con los Objetivos de Desarrollo Sostenible. En gran medida, el futuro del medio rural, la fijación de las personas al territorio, depende de las mujeres, por ello, la FAME concede una enorme importancia a la creación y consolidación de empresas lideradas por mujeres. Precisamente en esta dirección van encaminadas las acciones que nuestra organización desarrollará a partir del mes de octubre con la inestimable colaboración de la Fundación la Caixa, Fundación Cajasol, CEA y las empresas AZVI, Coca-Cola e Informaria, a las que agradezco enormemente su compromiso con la FAME.

Las asociaciones o federaciones de empresarias son muy numerosas, e indudablemente están contribuyendo a dar visibilidad a la mujer y a ocupar el espacio que le corresponde en el ámbito empresarial, pero, por otra parte, ¿la excesiva fragmentación no puede ser también un factor de debilidad?

Ese es uno de mis caballos de batalla.  Creo que de manera fragmentada no se consiguen grandes logros. Y la nuestra es una carrera de fondo, por tanto, la atomización no nos favorece en absoluto. Desde que pertenezco a organizaciones empresariales, dedico tiempo y esfuerzos a la cohesión del tejido empresarial femenino de nuestra tierra. En este sentido puedo decir que el trabajo conjunto de todas las organizaciones territoriales y sectoriales durante todos estos años ha dado sus frutos. En la actualidad nuestra organización y todas las que forman parte de ella, actúan con unidad de acción y con estrategias conjuntas. Digo con orgullo de pertenencia que gozamos de un músculo organizativo robusto que nos va a permitir afrontar los próximos retos con fortaleza.

Usted es una ‘punta de lanza’ de las empresarias andaluzas, por ser su representante en distintas organizaciones… Dicen de usted, entre muchos otros atributos, que es una persona abierta a la confrontación de ideas, fiel a sus convicciones y sus compromisos, en el pleno respeto de cualquier interlocutor… No es fácil… ¿de dónde le viene esta actitud?

Cuando era adolescente vi una película sobre la biografía de Marie Curie, y como a muchas mujeres destacadas de su época, le costaba Dios y ayuda hacer valer su talento en el ámbito académico e investigador. En una situación cuasi limite y con lo que hoy llamaríamos una gran inteligencia emocional, se enfrentó con éxito a sus interlocutores varones. En privado dijo algo así como “es más conveniente echar más azúcar y menos vinagre”, a lo que yo añado: el mundo ya está lo suficientemente avinagrado… Creo en el poder de la palabra y en la capacidad de entendimiento entre humanos más allá de las posiciones de cada cual. Para mí no hay nada más gratificante que tejer redes de confianza y acordar caminos comunes.

¿Nos deja un mensaje, en este aniversario que cae en un año tan particular, para las empresarias, no solamente andaluzas, sino de toda España y más allá?

Comparo las crisis con las mareas marinas. En ambos casos se producen cambios periódicos a causa de factores incontrolables o impredecibles. En este momento estamos en bajamar, pero nunca una marea fue eterna y nunca una crisis durará toda una vida. Preparémonos para la pleamar, planificando, innovando, comprendiendo y asumiendo los nuevos escenarios y, a ser posible, contribuyendo a la construcción de un mundo más transitable.

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